Si bien el dolor de rodilla es común, deberás consultar a un médico si no puedes soportar peso en la rodilla.
Tienes dolor intenso, incluso cuando no estás soportando peso.
La rodilla se dobla o bloquea.
La rodilla se muestra desfigurada.
Tienes enrojecimiento o calor alrededor de la zona de la rodilla, o inflamación, entumecimiento, hormigueo o coloración azulada.
Investigaciones recientes hallaron que muchas hierbas, especias y alimentos que normalmente tenemos en la cocina esconden un gran potencial analgésico, muchas veces comparado al de medicamentos comunes, como el ibuprofeno.
En algunos casos ya existía una larga tradición de su uso para aliviar los dolores, como ocurre con la cúrcuma y el jengibre.
Estas raíces han sido utilizadas desde hace miles de años para tratar y prevenir enfermedades inflamatorias, como la artritis, e investigaciones recientes observaron efectos positivos de su uso para reducir el dolor de rodillas en pacientes con artritis, el muscular producto de esfuerzos excesivos, y la inflamación general.
Si el malestar es leve, puedes probar las siguientes opciones naturales.
Incluso tu compañero de todas las mañanas, el café , es útil contra el dolor, ya que la cafeína tiene efecto anestésico general, bloqueando a las sustancias encargadas de trasmitir la sensación de dolor de los músculos al sistema nervioso central.
Si tienes debilidad por las infusiones también tenemos buenas noticias para darte, ya que muchas hierbas se han vinculado con una disminución del dolor de rodilla.
Nunca ingieras los aceites esenciales, y tampoco los uses directamente sobre la piel, ya que pueden causar irritaciones.
Lo correcto es diluir alrededor de 10 gotas en una cucharada de aceite portador (como el de oliva o almendra), para luego aplicar y masajear.
También debes almacenarlos en recipientes oscuros lejos de la luz directa.
Prueba cubrir la cantidad de gotas combinando diferentes aceites esenciales.