Cuando se realiza deporte de forma regular las superficies articulares, los meniscos y los ligamentos sufren. Los de la rodilla no son demasiado elásticos, por lo que no es raro que se rompan cuando se realizan estiramientos excesivos o se pivota sobre la articulación con el pie apoyado. Las lesiones de ligamentos de la rodilla producen dolor y favorecen la aparición de edemas a consecuencia de una acumulación de líquido. Fortalecer los ligamentos permite aumentar la fuerza del cuerpo, aportando a huesos y músculos una buena base. Los ejercicios más destacados, tanto si se quiere evitar lesiones como si lo que se busca es una recuperación tras una intervención quirúrgica son los siguientes: Ejercicios de cuádriceps y ejercicios de isquiotibiales. También hay otros ejercicios que ayudan a evitar las lesiones de ligamentos, como las zancadas frontales. Los ejercicios con bandas elásticas igualmente favorecen que los ligamentos cojan más fuerza, así como el puente, que a su vez ayuda a los músculos que se encuentran en la espalda y en la parte alta de las piernas. Se recomienda el uso de rodilleras en las personas que han sufrido alguna lesión, con el fin de que la articulación no soporte demasiado peso y el ligamento descanse.