Los ligamentos de la rodilla son unos tejidos fibrosos que unen los huesos entre sí.
Los de la rodilla no son demasiado elásticos, por lo que no es raro que se rompan cuando se realizan estiramientos excesivos o se pivota sobre la articulación con el pie apoyado.
Cada ligamento juega un papel importante en la rodilla.
Los ligamentos cruzados, anterior y posterior, proporcionan estabilidad manteniendo en contacto las superficies articulares.
Estos últimos son los más importantes.
Es importante mantener estos tejidos fibrosos fuertes, para que la articulación no sufra.
Las lesiones de ligamentos de la rodilla producen dolor y favorecen la aparición de edemas a consecuencia de una acumulación de líquido.
Cuando esto ocurre es recomendable acudir al fisioterapeuta para que ayude a trabajar la musculatura, en especial los cuádriceps y los isquiotibiales, una vez que desaparece la hinchazón.
Fortalecer los ligamentos permite aumentar la fuerza del cuerpo, aportando a huesos y músculos una buena base.
Para reforzar los ligamentos de la rodilla y evitar la aparición de lesiones es importante tener una propiocepción del cuerpo, trabajando y ejercitando bien los músculos más importantes que rodean la articulación.