La respuesta a la cuestión es: no siempre.
La decisión entre optar por un tratamiento quirúrgico o no quirúrgico se basa en múltiples variables.
La rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla no tiene porque abordarse en todos los casos mediante cirugía.
La decisión de optar por un tratamiento quirúrgico o una terapia conservadora para tratarla se basa en múltiples variables específicas para cada paciente.
A pesar de que hoy en día la operación se hace por artroscopia, es una intervención agresiva que requiere un postoperatorio muy largo, de entre 7 y 9 meses.
Resumidamente, se pueden agrupar en tres los factores que pueden determinar que la vía conservadora sea la más adecuada: La edad del paciente.
Si es avanzada y no realiza mucha actividad física, un tratamiento de rehabilitación puede ser una buena alternativa.
Y, por último, si no hay otras lesiones asociadas a la rotura del ligamento cruzado anterior como la rotura de meniscos, ligamentos o cartílago.
La mejor opción ante una rotura del ligamento cruzado anterior es visitar a un médico especializado en este tipo de lesiones para que realice una exploración a fondo y concluya cuál es la mejor opción terapéutica el caso.