Cualquier articulación del aparato locomotor posee unos ligamentos que le confieren estabilidad en las diversas posiciones del espacio.
Sin duda la lesión ligamentosa por excelencia, al ser la más frecuente es el esguince de tobillo.
Pero también son frecuentes la lesión del ligamento cruzado anterior en la rodilla, lesiones ligamentosas en el hombro, muñeca, etc.
En el tobillo, el ligamento más importante es el peroneo-astragalino anterior, que se lesiona en el 80% de los esguinces de tobillo, seguido del ligamento peroneo-calcáneo en el 20% de los casos; ambos forman parte del complejo lateral.
Generalmente una lesión ligamentosa va a ser tratada inicialmente de forma conservadora, es decir, mediante inmovilización, fisioterapia, etc.
Se sabe que aquellos ligamentos intraarticulares, como el ligamento cruzado anterior de la rodilla, tienen menos potencial de curación espontánea que aquellos extraarticulares, como los ligamentos del tobillo.
Un tratamiento inadecuado, o la ausencia de tratamiento pueden aumentar el riesgo de padecer complicaciones a largo plazo, especialmente en el tobillo; es lo que comúnmente se conoce como "esguince mal curado".
Lo que planteamos, una vez que el tratamiento conservador ha fallado, es reparar el o los ligamentos afectados mediante una cirugía artroscópica, con mínimas incisiones y asistidos por una cámara.
Además, podremos diagnosticar y tratar las lesiones asociadas que frecuentemente aparecen en el contexto de la inestabilidad crónica y que antes pasaban desapercibidas.
La cirugía requiere de un periodo de inmovilización y de un protocolo de fisioterapia para asegurar una recuperación completa.