La propiocepción es la capacidad que tiene nuestro cerebro de saber la posición exacta de todas las partes de nuestro cuerpo en cada momento.
Dicho de otra manera, a nuestro cerebro le llegan diferentes ordenes desde las articulaciones y los músculos de la posición exacta de los mismos.
De esta manera, en el sistema propioceptivo se “procesan” todas estas ordenes y se puede saber en qué posición exacta se encuentra nuestro cuerpo en cada momento.
Este sistema interpreta entonces si es necesario reaccionar de manera inmediata activando otros grupos musculares para evitar lesiones, una caída,…
Regular el equilibrio
Coordinar los movimientos
Mantener el nivel de alerta del cerebro
El sistema propioceptivo nos protege ante las lesiones y/o nos permite reaccionar de manera rápida para prevenir lesiones.
El entrenamiento de propiocepción es un trabajo perfecto para evitar las lesiones, prevenir recaídas o ayudarnos en el proceso de rehabilitación de una lesión.
La falta de entrenamiento propioceptivo tras un esguince de tobillo es la principal razón por la que, tan frecuentemente, se repiten las “torceduras”.
Así pues, tras un esguince o una luxación, el entrenamiento de la propiocepción de tobillo es fundamental.
La falta de entrenamiento propioceptivo tras un esguince de tobillo es la principal razón por la que, tan frecuentemente, se repiten las torceduras.