El corazón es como cualquier otro músculo: necesita ejercicio para mantenerse saludable. Varios estudios han demostrado que las enfermedades cardiovasculares, que afectan el corazón o los vasos sanguíneos, se pueden prevenir mediante la actividad física regular. Hay cuatro pilares de un estilo de vida saludable para el corazón, advierten los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades: comer una dieta nutritiva, mantener un peso saludable, no fumar y hacer ejercicio con regularidad. Para hacer ejercicio para la salud del corazón, la Asociación Estadounidense del Corazón recomienda hacer al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico moderado o 75 minutos de ejercicio aeróbico vigoroso por semana, más al menos dos días de entrenamiento de fuerza de moderado a intenso. Si bien cualquier tipo de actividad física ofrece beneficios cardiovasculares, algunas formas son particularmente efectivas. Los tres tipos de ejercicio más importantes, según la Universidad de Johns Hopkins: ejercicio aeróbico, entrenamiento de resistencia y estiramiento, flexibilidad y equilibrio. El ejercicio aeróbico mejora la circulación, lo que resulta en una presión arterial y un ritmo cardíaco más bajos, según el fisiólogo del ejercicio de Johns Hopkins, Kerry J. Stewart. Además, aumenta el estado físico aeróbico general y ayuda al gasto cardíaco. El entrenamiento de resistencia tiene un efecto más específico en la composición corporal y puede ayudar a reducir la grasa y crear una masa muscular más magra. Las investigaciones muestran que una combinación de ejercicio aeróbico y trabajo de resistencia puede ayudar a aumentar el colesterol HDL y reducir el colesterol LDL. Los ejercicios de flexibilidad, como los estiramientos, no contribuyen directamente a la salud del corazón, pero benefician la salud musculoesquelética, lo que permite mantenerse flexible y libre de dolor en las articulaciones, calambres y otros problemas musculares.