La ansiedad no afecta solo la mente a nivel emocional; también tiene un impacto directo en el cuerpo.
Muchas veces, las tensiones musculares que experimentamos tienen su origen en la ansiedad, siendo especialmente comunes en zonas como el cuello, los hombros y la parte alta de la espalda.
Por ello, los masajes resultan tan efectivos, ya que no solo relajan los músculos, sino que también calman el sistema nervioso, reduciendo los niveles de estrés y promoviendo una sensación general de bienestar.
Los masajes estimulan la producción de endorfinas y reducen los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Un masaje relajante antes de dormir facilita conciliar el sueño y disfrutar de un descanso reparador.
Focalizarse en las sensaciones durante el masaje permite reconectar contigo mismo y gestionar mejor el estrés.
En zonas clave como la cabeza y cuello, los masajes con movimientos circulares suaves alivian la tensión y despejan la mente.
Masajear las zonas del cuerpo con técnicas como la presión puntual, movimientos circulares, estiramientos suaves y otros tipos de masajes especializados puede ayudar a aliviar la ansiedad y promover el bienestar general.