Con las tracciones conseguimos 3 claves importantes: Liberación articular Corrección estructural Soltar adherencias y tensiones viscerales.
A la hora de ver en detalle cómo conseguimos todo esto quiero mencionar que podemos hacerlas asistidas, es decir, que una o varias personas ayudan a una persona fijando unos puntos y moviendo otros.
Y podemos también hacerlas nosotros mismos fijando un punto con la ayuda de el suelo, una pared o algún elemento externo y, a partir de ahí, mover nuestra estructura en dirección contraria.
Tenemos 3 aspectos dentro de una tracción: Punto fijo Punto móvil Punto pasivo.
El punto fijo se refiere a la parte del cuerpo, de la estructura que no vamos a mover, sino que será desde donde movamos la estructura.
Apoyándonos en el punto que hemos fijado realizamos una acción de movimiento a partir de la cual abrimos el espacio articular.
Cuando se han dado los puntos anteriores, uno inmóvil y otro móvil, visceralmente debemos estar pasivos, dejando que lo orgánico se expanda.
Vamos a ver como actúan estos tres elementos.
Los tres niveles de beneficios Antes hemos dicho que las tracciones actúan en: 1) la liberación articular 2) la corrección estructural 3) como una ayuda para soltar adherencias y tensiones.
Una tracción lumbar como la que vemos en el vídeo, está actuando a nivel mecánico en la estructura de la columna y si hay dolor en la espalda por mecánica podremos crear espacio entre las vértebras.
Incluso con tracciones tan sencillas como las que vemos en las fotos podemos estirar muy bien la musculatura de la espalda y librarnos de un dolor puntual por algún pequeño espasmo o contractura muscular.
Pero si el dolor de espalda está asociado a tensiones en el vientre-abdomen, la pasividad que creamos con la tracción y el estiramiento de esas zonas, podrán también liberar ese dolor asociado.
Además, ante una escoliosis, por ejemplo, podríamos ayudar a la corrección estructural en los niveles mecánico y visceral.