El estiramiento es de las cosas más importantes para cuidar nuestro cuerpo. Los estiramientos siempre tienen que ser suaves, lentos, progresivos, sin tirones ni golpes, ya que lo que queremos buscar en esta práctica es mejorar la flexibilidad, no lastimar nuestro cuerpo. La respiración es un pilar en nuestros ejercicios, ya que es de gran ayuda a la hora de estirar porque nos produce un estado de relajación y bienestar y hace que la musculatura y la articulación cedan de una manera orgánica y natural. La exhalación es coincidente con el momento de realizar la fuerza de cualquier ejercicio, generando una cadena transmisora de fuerza desde el centro hacia las extremidades. La zona cervical, junto con los hombros, son sectores que generalmente acumulan tensiones por lo que al momento de realizar algún esfuerzo en la actividad tienden a tensionarse. Por ello, la cabeza debe estar alineada con la columna vertebral, de esta manera, protegemos la zona de malos esfuerzos y es parte de una adecuada postura a la hora de realizar la actividad. Nuestra prioridad, por sobre todas las cosas, es cuidarlo y evitar lesiones. La respiración debe hacerse en forma relajada y es importante tener en cuenta que la velocidad y ritmo de ejecución de tus piernas o brazos es el que debe adaptarse a tu modo de respirar, evitando que la respiración aumente su frecuencia o se realice inadecuadamente.