Esta condición es difícil de tratar.
Pero moverte puede ayudar, si lo haces bien.
Cuando tienes dolor, puede que lo que menos quieras sea hacer ejercicio.
Pero un número creciente de investigaciones sugiere que, aunque no es una cura, la actividad física puede ser una herramienta útil para controlar el dolor lumbar crónico.
Y que, con el tiempo, la inactividad puede empeorar los síntomas.
Edward Phillips, profesor asociado de Medicina Física y Rehabilitación de la Facultad de Medicina de Harvard, recomienda que, aunque puede parecer contradictorio, “lo mejor que puedes hacer es seguir moviéndote”.
El ejercicio puede ayudar a aliviar el dolor, ya que estira y fortalece los músculos que sostienen la espalda.
Para algunos, también puede mejorar su percepción del dolor y reducir el estrés crónico.
Aun así, los estudios sugieren que una de las principales razones por las que las personas con dolor de espalda no hacen ejercicio es porque temen empeorar su dolor.