Los espinales, ese grupo de músculos profundos que recorren toda la espalda desde el cuello hasta la pelvis, son esenciales para mantener la postura, estabilizar el cuerpo y permitir una movilidad eficiente. Sin embargo, su cuidado suele pasar desapercibido, a pesar de que cumplen un rol central en la calidad de vida de las personas en todas las etapas. Según indican los kinesiólogos, la falta de atención a esta zona del cuerpo puede desencadenar una serie de problemas que van desde contracturas y tensiones hasta la limitación de movimientos básicos. No obstante, también remarcan que nunca es tarde para empezar a fortalecer estos músculos, y que incluso pequeños cambios en la rutina diaria pueden generar grandes beneficios. Los especialistas en educación física destacan que los espinales son parte del núcleo o “core” del cuerpo, un sistema de músculos que actúa como el centro de poder para casi todas las actividades. Los espinales no trabajan en aislamiento: son parte de un engranaje que incluye abdominales, oblicuos y músculos pélvicos, todos ellos interconectados para sostener y mover el cuerpo. En la infancia y la adolescencia, el entrenamiento de los espinales tiene un impacto preventivo significativo.