La tendinitis no es solo la dolencia del tendón afectado, sino que también la frustración por verse limitado de hacer cosas que antes eran sencillas y que ahora son experiencias dolorosas y el riesgo de agravar una lesión.
Ante un golpe, sobrecarga o tareas repetitivas es muy probable que un tendón de nuestros pies, muñecas, hombros, etc se inflame, manifestándose un malestar en la zona.
Generalmente, se presenta como un dolor leve, pero si se ignora y no se maneja de manera correcta, la lesión puede empeorar e incluso volverse una tendinopatía crónica.
El reposo es fundamental para permitir que el tendón se recupere.
Evita realizar actividades que impliquen movimientos repetitivos o sobrecarga de la zona afectada.
Tómate pausas entre las tareas, no levantes objetos pesados y procura mantener una buena postura para no sobrecargar la articulación y tendón dañado.
No sigas realizando actividades que provocan dolor en la zona afectada.
Evita automedicarte con antiinflamatorios sin la supervisión de un médico, ya que pueden enmascarar el problema.
No ignores el dolor: hacerlo puede agravar la lesión y alargar el tiempo de recuperación.
Una vez que el dolor disminuya, los ejercicios suaves y los estiramientos específicos pueden fortalecer los músculos y tendones, reduciendo el riesgo de recaídas.
Consulta a un fisioterapeuta o kinesiólogo para diseñar un programa adecuado para tu dolencia.
Nuestro tratamiento se basa en reducir la inflamación del tendón regenerando las células dañadas para una recuperación efectiva y temprana.
El tiempo de recuperación depende de la gravedad de la lesión y los cuidados que sigas.
En casos leves, unas semanas de reposo y cuidados básicos pueden ser suficientes.
Para lesiones más graves, el proceso puede extenderse a semanas o meses, siempre y cuando sigas las recomendaciones de cuidado que en este artículo y tu médico de cabecera te proporcione.