La electroterapia es una rama de la fisioterapia y la rehabilitación que utiliza corrientes eléctricas controladas para estimular los distintos tejidos corporales con fines terapéuticos.
Estas corrientes son administradas a través de electrodos colocados en la piel, cerca de la zona afectada.
La idea detrás de la electroterapia es mejorar la circulación sanguínea, reducir la inflamación, aliviar el dolor y promover la curación de los tejidos dañados o doloridos.
La electroterapia se puede utilizar en una amplia gama de condiciones clínicas, incluyendo lesiones deportivas, dolor crónico, rehabilitación postoperatoria, inflamación y edema, y trastornos neuromusculares.
La electroterapia ofrece una serie de beneficios significativos en el tratamiento de lesiones musculoesqueléticas.
Alivio del dolor: La estimulación eléctrica activa la liberación de endorfinas, los analgésicos naturales del cuerpo, lo que proporciona un alivio efectivo del dolor.
Mejora de la circulación: Aumenta el flujo sanguíneo en la zona tratada, lo que promueve la entrega de nutrientes esenciales a los tejidos dañados y elimina los desechos metabólicos, acelerando así el proceso de curación.
Reducción de la inflamación: Algunas formas de electroterapia pueden disminuir la inflamación, lo que es beneficioso en lesiones traumáticas y condiciones inflamatorias crónicas.
Rehabilitación más rápida: También ayuda a fortalecer los músculos debilitados, acelerando la recuperación y mejorando la funcionalidad.
Tratamiento no invasivo: Se trata de una opción de tratamiento no invasiva, lo que significa que evita la necesidad de procedimientos quirúrgicos y reduce el riesgo de complicaciones.
Versatilidad: Se adapta a una amplia variedad de afecciones musculoesqueléticas, lo que la convierte en una opción terapéutica versátil.