Pueden presentarse también en mujeres jóvenes que practican deportes de impacto de forma intensiva, tras la maternidad, si no se hizo rehabilitación después del parto, y en la menopausia si no lo cuidamos, porque con los años toda nuestra musculatura va perdiendo fuerza.
En Europa se calcula que un 40% de las mujeres tiene alguna disfunción –en diferente grado– de suelo pélvico, pero solo un poco más de la mitad deciden consultarlo.
Para evitar estos problemas es básico pedir una visita de valoración con un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico.
La buena noticia es que la fisioterapia es la primera línea de tratamiento para este tipo de disfunciones y la principal para prevenirlas, así que el primer paso es muy fácil.
Pero ¿qué te miran exactamente en esta visita y en qué consiste el tratamiento?
Pues la primera visita consiste, simplemente, en realizar una entrevista para recabar información general sobre tus antecedentes médicos y tu estilo de vida, y una exploración física.
“En la exploración física llevamos a cabo una exploración visual y palpatoria para valorar la musculatura pélvica y la movilidad de los órganos que se alojan en la pelvis, así como la estabilidad de la zona pélvica y lumbar.
Se realiza tumbada y en una posición en la que la paciente se sienta cómoda y relajada, con las piernas flexionadas y los pies apoyados en la camilla.
A partir de ahí, establecemos unos objetivos de tratamiento y seleccionamos las técnicas de reeducación pelviperineal más adecuadas para alcanzarlos.
“El objetivo de esta visita es conocer a fondo el caso concreto de cada paciente para poder diseñar con éxito el tratamiento posterior, si es necesario”.
Como ves, no es algo complicado.
Pero a veces el tratamiento se alarga o es más complejo, sobre todo si la disfunción pélvica ya ha provocado otros problemas.
En este post te proponemos un sencillo test para que tú misma tomes la iniciativa.
Si tu respuesta es un SÍ, aunque solo sea a una de las preguntas, pide una visita de valoración.