La pérdida de equilibrio es la sensación del paciente de fuerte inestabilidad, que le hacen sentir que puede caerse o que tiene su entorno se mueve sin control.
Los principales síntomas de la pérdida de equilibrio son la falta de estabilidad, el vértigo, la sensación de movimiento o vueltas y los mareos.
Además, pueden presentar presíncope, es decir, una sensación de desmayo.
La pérdida de equilibrio en muchos casos viene acompañada por síntomas de mareo y vértigos.
Los problemas de equilibrio pueden venir dados por distintas patologías, siendo las más frecuentes: problemas vestibulares, problemas de visión, problemas articulares, efecto de determinados medicamentos.
Enfermedades neurológicas como la espondilosis cervical o la enfermedad de Parkinson, neuropatía periférica.
El tratamiento de estos problemas de estabilidad variará en función del grado de desequilibrio y su causa.
Las principales medidas que se pueden tomar son las siguientes: rehabilitación vestibular, reposicionamiento canalicular, nuevos hábitos saludables, medicamentos, cirugía.
El especialista neurólogo es el encargado de tratar los problemas de mareos y pérdidas de equilibrio.
Es posible que, en función de la causa de la inestabilidad, se requiera la colaboración de un especialista otorrinolaringólogo u oftalmólogo.