La enfermedad de Sjögren es una enfermedad crónica de origen autoinmune que afecta principalmente a las glándulas exocrinas, lo que conduce a la aparición de sequedad oral y ocular.
Los síntomas de la enfermedad de Sjögren incluyen ojos y boca secos, artralgias o artritis, fenómeno de Raynaud, linfadenopatías, afección pulmonar, vasculitis, afección renal, afección hepática y linfomas.
La enfermedad de Sjögren puede aparecer asociada con otros trastornos, como la enfermedad celíaca, la fibromialgia, las tiroiditis autoinmunes, la esclerosis múltiple y ciertos procesos malignos.
El tratamiento para la enfermedad de Sjögren se basa en mejorar la sequedad de las mucosas y tratar el resto de las manifestaciones, y puede incluir el uso de sustitutivos de la saliva y lágrimas artificiales, así como medicamentos inmunosupresores.
Es importante evitar la automedicación y seguir las recomendaciones de los profesionales de la salud para manejar los síntomas y prevenir complicaciones.
La enfermedad de Sjögren puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de las personas que la padecen, por lo que es importante buscar atención médica si se experimentan síntomas persistentes o recurrentes.
La investigación sobre la enfermedad de Sjögren continúa en marcha para mejorar la comprensión de la enfermedad y desarrollar nuevos tratamientos efectivos.