El hombro rígido, también denominado capsulitis adhesiva, implica rigidez y dolor en la articulación del hombro.
Los signos y síntomas comienzan generalmente en forma lenta y, luego, empeoran.
Con el paso del tiempo, los síntomas mejoran, normalmente en el lapso de 1 a 3 años.
La necesidad de mantener el hombro inmóvil por largos períodos de tiempo aumenta el riesgo de padecer hombro rígido.
El tratamiento del hombro rígido comprende ejercicios de amplitud de movimiento.
A veces, el tratamiento incluye el uso de medicamentos corticoides y anestésicos que se inyectan en la articulación.
Con poca frecuencia, puede ser necesaria una cirugía artroscópica para aflojar la cápsula articular y que pueda moverse con más libertad.
Es inusual que el hombro rígido se repita en el mismo hombro.
Sin embargo, en algunas personas puede parecer en el otro hombro, generalmente en un lapso de cinco años.
Ciertos factores pueden incrementar el riesgo de padecer hombro rígido.
Las personas mayores de 40 años, especialmente las mujeres, son más propensas a tener hombro congelado.
Inmovilidad o movilidad reducida, lesión del manguito rotador, quebradura de brazo, accidente cerebrovascular son algunos de los factores de riesgo.
Las personas que tienen ciertas enfermedades parecen más propensas a desarrollar hombro congelado.
La falta de movimiento de la articulación mientras te recuperas de una lesión en el hombro, una fractura de brazo o un accidente cerebrovascular es una de las causas más frecuentes.
Si tuviste una lesión que te dificulta mover el hombro, habla con el proveedor de atención médica sobre los ejercicios que pueden ayudarte a mantener la capacidad para mover la articulación.