La Organización Mundial de la Salud señala que cerca del 40% de la población mundial sufre alteraciones del sueño. Algunos de los síntomas que producen los trastornos del sueño son agotamiento físico, bajo rendimiento, sueño diurno y dificultad para cumplir con las obligaciones. Un sueño reparador mejora la calidad de vida, permite descansar y recargar energía y ayuda a aprender la información del día. También libera varias hormonas, como la del crecimiento en los niños. La Dra. Anna Milan, neuróloga del Centro de Neurociencias de Clínica Universidad de los Andes, explica que, en la actualidad, cada vez está siendo más difícil conciliar el sueño y lograr un verdadero descanso. Esto se debe principalmente a factores como el uso de pantallas antes de dormir, no tener un horario definido para acostarse, hacer ejercicio muy tarde, comer alimentos pesados o con mucho aliño, fumar y tomar alcohol o cafeína. Para mejorar la calidad y cantidad de horas de sueño, se recomienda tener un horario de sueño organizado, acostarse y levantarse todos los días a la misma hora. Establecer una rutina nocturna, como disminuir la actividad, realizar cosas relajantes y evitar la exposición a elementos que afecten el sueño, también es eficaz. Crear un ambiente adecuado al descanso, como un dormitorio fresco, sin luz y silencioso, permitirá dormirse más rápidamente.